[…]
-Claro que te casarás con él.-Aún no lo he decidido.
Permaneció toda la noche sujetándole la mano, quien pasaba casi sin notarlo del sueño a la realidad. De vez en cuando hablaban sobre caballos y acerca de la infancia de ambos. La joven presentía que se estaba despidiendo de él, que nunca más volverían a estar tan unidos. Eran como estrellas errantes en el cielo, que parecían aproximarse entre sí pero luego quedaban apartadas por el inexorable movimiento del firmamento. A partir de aquella noche sus trayectorias respectivas les separarían al uno del otro, aunque ninguno de ellos dejaría nunca de sentir aquella atracción invisible.
[…]Leyendas de los Otori – El lamento de la garza
1 comentari:
Definitivament no em deixis aquest llibre..
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